No me dí ni cuenta cuando salí del bus y terminé en el interior de una estación que parecía estar en construcción. No había nada en ese lugar que me indicara dónde me encontraba. Esto interrumpió la estricta rutina que venía repasando en mi mente para llegar a casa en el menor tiempo posible. Las puertas de vidrio se agitaron ante el acelerado transitar de un bus que nunca pasó. Era otra vez muy tarde. Los sensores se activaron dejando las puertas abiertas. El profundo negro me atrapó de lleno. Escudriñando con la mirada no entendí cómo me era imposible definir forma alguna. ¿ Adónde había llegado? Un paso más y ese fue en falso. Me acerqué tanto para ver, que salí de cabeza a la calle. La estación se apagó y el negro lo fue todo para mí. Me levanté y con la pequeña luz de mi celular empecé a hacerme mi propio camino del que sólo sabía no era de regreso a casa. Fin.
Este es mi espacio de expresión sin más ánimo que ser.