Concentrado en su labor, el carnicero del barrio preparaba los cortes de la carne de cerdo que vendería más tarde en la mañana. Tres hombres encapuchados se acercaron con claras intenciones de robarlo. El carnicero reaccionó violentamente por instinto. Estos hombres no tuvieron oportunidad. Sus cuerpos quedaron tirados por todo el lugar. Era necesario terminar con esta locura, si alguien se enteraba de lo sucedido él iría a parar a la cárcel cuando todo ello había sido en defensa propia. El carnicero decidió hacer lo que mejor sabía, preparo la carne de estos cuerpos y la ofreció como si fuera carne de cerdo. No fue difícil venderla y al parecer ese episodio habría terminado. Su clientela antojada empezó a pedirle más de esa deliciosa variedad de cerdo presionando al carnicero día tras día y hasta algunos se atrevieron a ofrecerle el doble de su precio. El matarife creyó ver ahí una oportunidad de negocio. Pensó entonces que sería más fácil hacerlo con indigentes a q...
Este es mi espacio de expresión sin más ánimo que ser.